En una era donde la tecnología y las experiencias dominan el estilo de vida, los millennials están redirigiendo sus gastos hacia eventos y vivencias que trascienden lo material. De hecho, 8 de cada 10 prefieren invertir en experiencias en lugar de bienes físicos, lo que refleja una clara tendencia hacia el consumo emocional y una conexión más profunda con su entorno social. Este cambio de enfoque también se traduce en las estrategias de las marcas, que están adoptando el llamado “retail experiencial” para responder a las nuevas demandas de los consumidores.
La Era del “Retail Experiencial”
El fenómeno conocido como «retail apocalypse» ha provocado el cierre de miles de tiendas físicas, especialmente en mercados como el estadounidense. Desde 2008, más de 12,000 locales han cesado su actividad, y se estima que unos 75,000 seguirán el mismo camino antes de 2026. Lejos de ser solo un declive, este cambio está obligando al sector retail a reinventarse. Hoy en día, un punto de venta ya no es solo un lugar de compra, sino un espacio de experiencias que permite a los consumidores interactuar y conectar con la marca a nivel emocional.
Según Laia Zanon, directora de producción creativa de Wildbytes, “En un mundo donde el universo digital parece haberse adueñado de todos los aspectos de la vida, el retail necesita ofrecer experiencias que aporten valor vital al cliente, algo que el online no puede replicar”. Este cambio hacia el retail experiencial no solo contribuye a la satisfacción del cliente, sino que impacta positivamente en las cifras de negocio. De hecho, las marcas que invierten en experiencias personalizadas incrementan sus ingresos entre un 6% y un 10%, triplicando el crecimiento de aquellas que no lo hacen.
Las Pop-up Stores: Una Estrategia Ganadora para las Marcas
Las pop-up stores se han convertido en la herramienta ideal para aquellas marcas que desean ofrecer algo único y temporal. Flexibles, personalizables y llenas de innovación, estos espacios atraen a un público interesado en productos y experiencias exclusivas. Un estudio de Statista reveló que el 55% de los consumidores acuden a las pop-up stores precisamente por los productos y vivencias únicas que ofrecen, lo que las convierte en una estrategia rentable y muy valorada.
Un ejemplo destacado es la experiencia inmersiva creada por Wildbytes para New Balance, donde la tecnología y la creatividad transformaron una pop-up store en un espacio interactivo único. En esta activación para la colección de zapatillas FuelCell, los visitantes interactuaban con diversas instalaciones tecnológicas que convertían sus movimientos en arte visual y sonoro. Este enfoque integró innovación, tecnología y participación activa, permitiendo a cada asistente llevarse una pieza audiovisual generada a partir de su propio movimiento, un recuerdo único de su interacción con la marca.
La Tecnología Como Motor de Experiencias
Para enriquecer la experiencia de los consumidores, las instalaciones en esta pop-up incluyeron cintas de correr con sensores de movimiento que proyectaban coreografías de luces en función de la velocidad de cada persona; camas elásticas sincronizadas con proyecciones visuales a gran escala que se movían al ritmo de los saltos; y bicicletas estáticas que, con cada pedalada, permitían a los visitantes componer música en tiempo real. Los participantes podían seguir su progreso a través de una pulsera NFC, que registraba cada activación y les entregaba, al final, una pieza artística que recopilaba los momentos de su experiencia.
Según Leo Da Costa, Director de Tecnología Creativa en Wildbytes, “La energía del evento vino literalmente de la energía generada por los invitados. Cada uno recibió una pieza artística que reflejaba su recorrido en la activación, desde un boomerang selfie hasta una banda sonora única generada por su pedaleo”.
La Preferencia de los Millennials por el Consumo Experiencial
Este cambio en el consumo no es casual: los millennials buscan conexiones significativas y experiencias compartibles. Según un estudio de KPMG, casi el 70% de los millennials afirma que las experiencias los ayudan a fortalecer sus relaciones sociales y a sentirse parte de su comunidad. Para las marcas, este cambio representa una oportunidad de crear lealtad y conexión con un público que valora las experiencias y la autenticidad.
El retail experiencial y las pop-up stores responden a este deseo de conexión emocional y social, al ofrecer espacios donde la interacción y la tecnología se unen para crear momentos memorables. Para las empresas, estos enfoques no solo representan un atractivo para los millennials, sino también una oportunidad de adaptar sus estrategias a las nuevas tendencias del mercado y posicionarse como marcas innovadoras que entienden y valoran las expectativas de los consumidores actuales.