Las Cinco Características de una Casa o Vivienda y los Aspectos a Tener en Cuenta a la Hora de Comprar o Alquilar una Propiedad
La compra o el alquiler de una vivienda están sujetos a múltiples consideraciones no solo económicas, sino también relacionadas con nuestras necesidades actuales y futuras. Por este motivo, valorar las características que debe tener nuestra nueva vivienda es una tarea imprescindible. Conocer la orientación, el tamaño, la certificación energética, la calidad de los acabados, los servicios y equipamientos disponibles, así como los planes urbanísticos que pueden afectar a la vivienda, son aspectos fundamentales que debemos sopesar a la hora de elegir el inmueble más adecuado.
1. Tipología y Tamaño
Una de las primeras decisiones que debemos tomar cuando empezamos a buscar piso, ya sea para comprar o alquilar, es si queremos que la vivienda sea de obra nueva o de segunda mano. Si elegimos la primera opción, es posible que el precio sea más elevado si la vivienda se encuentra en el centro de la ciudad, aunque al tener acabados nuevos contará con una mejor eficiencia energética. Si, por el contrario, nos decantamos por la segunda opción y la vivienda no se encuentra en buenas condiciones, es probable que en algún momento debamos realizar alguna reforma en el caso de la compra, o negociar mejoras con el arrendador si optamos por alquilar. Aún así, los precios de venta y de alquiler serán más bajos que en el primer caso.
También habrá que valorar el tipo de vivienda que deseamos, lo que dependerá principalmente de nuestras necesidades e intereses. Los estudios y los loft pueden ser una buena opción para singles. También los pisos con una habitación y un despacho si se trata de personas que trabajan desde casa. Las parejas jóvenes sin hijos pueden decantarse por viviendas de 60-70 metros, con una o dos habitaciones, o por espacios diáfanos tipo lofts o dúplex. Las familias que tengan más de dos hijos pueden plantearse la posibilidad de adquirir o alquilar una vivienda unifamiliar o un adosado, sin descartar un piso con más de tres habitaciones.
2. Orientación de la Vivienda
Otro de los aspectos que debemos valorar es hacia dónde estará orientada la vivienda, ya que de ello dependerá el consumo de luz y calefacción. Las orientaciones sur, suroeste y oeste son ideales para climas especialmente fríos. En cambio, si el inmueble se localiza en una zona cálida, la mejor situación es hacia el sureste y el este. En caso de tener la vivienda orientada al norte, noroeste o noreste, habrá que invertir en aislamiento y calefacción y en dedicar las estancias más expuestas al frío a usos esporádicos.
3. Acabados de la Propiedad
Además de los materiales empleados en los revestimientos, antes de comprar o alquilar una casa o vivienda también debemos comprobar la calidad de la pintura, las baldosas, el parqué, los zócalos, las molduras… El sector de la construcción ha evolucionado notablemente en materia de eficiencia energética, tal y como se observa en algunos congresos dedicados al tema como por ejemplo el III Congreso de EECN, celebrado recientemente. Si nos decidimos por una vivienda de obra nueva, será interesante saber si cuenta con sistemas avanzados de eficiencia energética y de edificación modular integral, que aseguran la calidad final de los acabados.
4. Eficiencia Energética
A la hora de adquirir o alquilar un inmueble debemos tener en consideración su certificación energética, es decir, el informe que detalla su consumo de energía y emisiones de CO2. Los grados de eficiencia de este certificado se distinguen por letras que van de la A a la G, en donde una vivienda con categoría A tendría el grado máximo de eficiencia energética, y así en orden descendente (B, C, D, E…) hasta llegar a la categoría G, grado en el que, según recomendaciones de la normativa, habría que acometer la adecuación necesaria para optimizar un nivel deficiente de eficiencia. Los índices mesurables para la obtención de la certificación contemplan diversas variables, como la zona geográfica en la que se ubique la vivienda o su antigüedad.
En cualquier caso, es recomendable que el inmueble cuente con una buena climatización y un sistema de calefacción eficiente. Lograr la temperatura óptima también dependerá del aislamiento térmico. En este sentido, una vivienda con ventanas de PVC puede ser una buena opción, incluso para fortalecer el aislamiento acústico si se encuentra en zonas céntricas o ruidosas.
También podemos revisar los servicios básicos como el circuito del agua o si el control del agua caliente es comunitario o individual y, en este último caso, la capacidad de la caldera. También es importante conocer si la vivienda cuenta con gas natural, ciudad o butano, lo que nos servirá para hacer una estimación de los costes de los suministros.
5. Equipamientos y Servicios de la Zona
Para una familia, la proximidad de la vivienda con un centro educativo, parques y zonas verdes es un aspecto importante a la hora de decantarse por una vivienda u otra, así como la conexión con los transportes públicos, la presencia de supermercados o instalaciones deportivas cercanas, centros sanitarios, servicios bancarios y equipamientos culturales. Una pareja joven, en cambio, puede premiar las zonas de ocio cercanas a la vivienda como bares, restaurantes, cines, teatros, etc.
Por último, es conveniente recabar toda información sobre los posibles proyectos urbanísticos, sus perspectivas de crecimiento o cualquier incidencia que esté prevista en la zona en la que se encuentre la vivienda. Es necesario conocer los cambios en el entorno porque seguramente afectarán a la revalorización del inmueble o al precio del alquiler futuro y también condicionarán las comunicaciones, los transportes o los servicios del barrio o la población.
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