Cada vez que entrevisto a alguien para unirse a mi equipo, me gusta preguntar sobre sus actividades fuera del trabajo. ¿Por qué? Porque la creatividad no es un don que aparece solo en momentos puntuales, ni es exclusiva de ciertos roles o profesiones. La creatividad está en nuestra vida diaria y, como tal, necesita alimentarse también fuera de la oficina.
Todos somos creativos, sin importar si trabajamos en diseño, ventas o administración, ya sea en una agencia inmobiliaria, un banco o incluso una floristería. Elizabeth Gilbert, en su libro Libera tu magia, sostiene que todos podemos vivir de manera creativa; solo necesitamos permitirnos hacerlo. Esta idea es clave, especialmente en el mundo inmobiliario, donde la creatividad y la frescura son esenciales para destacar en un mercado competitivo.
En la industria creativa existe el mito de que el “mejor creativo” es el que trabaja hasta altas horas de la noche, cena en la oficina y vuelve a casa en taxi a horas intempestivas. Sin embargo, este ciclo suele llevar al agotamiento y a la falta de inspiración. No se trata solo de trabajar más; a veces, un descanso, una caminata o un tiempo para uno mismo pueden ser el mejor remedio para desbloquear la creatividad. La inspiración no solo surge de estar en la agencia, sino también de explorar otras facetas de nuestra vida.
¿Te apasiona la fotografía? ¿Eres voluntario en una asociación? ¿Estás aprendiendo a cocinar o has comenzado una nueva actividad? Estas experiencias personales, sin la presión de un resultado específico, nos permiten recargar energías, experimentar y crecer. Y cuando estamos en sintonía con nosotros mismos, la inspiración nos encuentra más fácilmente.
Hace unos años descubrí la cerámica. A diferencia del ritmo frenético del sector inmobiliario, la cerámica requiere un enfoque lento y minucioso. No puedes apresurarte; debes estar presente, seguir el proceso y disfrutar del aquí y ahora. Esta práctica me ayuda a desconectar de las pantallas y a conectarme conmigo mismo, proporcionando una energía renovada para afrontar el día a día en la agencia. Es una forma de meditación activa que me permite volver con más claridad y motivación.
La coach Laura Eme (@creativa_introspectiva), especializada en gestión emocional para perfiles creativos, compartió recientemente en sus redes una frase que resume esta idea: “No existe tal cosa como una vida profesional y una vida personal, solo tienes una vida”.
Así que mi consejo es que busques tu propia fuente de inspiración, tanto dentro como fuera del trabajo. No esperes a que la inspiración te sorprenda en la oficina; permítete vivir, experimentar y disfrutar. En definitiva, déjate llevar por aquello que realmente te gusta hacer.
Inspira, respira y crea.