En nuestras vidas, a veces encontramos a personas que parecen amigos, pero que realmente actúan como rivales disfrazados. Estos «amienemigos» pueden impactar negativamente en nuestro bienestar y generar conflictos internos. Detectarlos a tiempo es fundamental para proteger nuestra salud física y emocional.
Arthur C. Brooks, profesor de Liderazgo en Harvard, describe cómo los amienemigos suelen comportarse idealmente para ocultar sus verdaderas intenciones. A continuación, repasamos las señales para reconocerlos y las preguntas clave para salir de dudas.
¿Qué es un ‘amienemigo’?
La palabra inglesa frenemy —una combinación de friend (amigo) y enemy (enemigo)— define a una persona que finge amistad, pero actúa con rivalidad oculta. Aunque en español no existe un término similar, el neologismo «amienemigo» refleja esta misma idea. Todos hemos tenido alguna experiencia de desilusión cuando alguien cercano no responde como esperábamos en momentos importantes. A diferencia de los amigos por conveniencia, cuya relación es transparente y temporal, el vínculo con un amienemigo se caracteriza por su ambigüedad.
La importancia de identificar a un amienemigo
Detectar a un amienemigo es crucial para mantener la salud emocional. Según Brooks, nuestra autoconversación interna y nuestra habilidad para reconocer los factores que nos afectan pueden contribuir enormemente a nuestra felicidad. Si bien a veces es difícil creer que alguien cercano no nos desea lo mejor, esta realidad puede ser una barrera para nuestro bienestar y crecimiento personal.
Señales de alerta en la salud
Tratar con amienemigos puede tener un impacto físico. La investigación sugiere que la presión sanguínea aumenta más en situaciones con un amienemigo que en interacciones con amigos verdaderos o incluso con enemigos declarados. Estos efectos, según Brooks, provienen de la ambigüedad emocional que causan las relaciones duales, que pueden resultar tanto frustrantes como agotadoras.
Cómo identificar a un amienemigo: preguntas clave
Brooks propone tres preguntas esenciales para evaluar si estamos frente a un aliado o un amienemigo. Reflexiona sobre estas preguntas para saber si esa persona es realmente de confianza o si solo aparenta serlo:
- ¿Confío en esa persona? – Piensa en sus acciones hacia ti. ¿Sientes que actúa de forma genuina y busca tu bienestar? Si dudas, puede que algo esté fallando en la relación.
- ¿Compartiría mis secretos con ella? – La confianza es una señal inequívoca de una relación sana. Si sientes que no puedes ser completamente abierto, esto es una clara señal de alerta.
- ¿Soy justa con ella? – Asegúrate de que tus percepciones estén basadas en hechos y no en suposiciones. Antes de etiquetar a alguien como amienemigo, revisa si existen motivos reales para dudar.
¿Y si el amienemigo somos nosotros?
Es posible que, en algunas relaciones, nosotros mismos hayamos caído en actitudes de amienemistad sin darnos cuenta. Con el tiempo, pueden surgir resentimientos y comportamientos dañinos que afectan la amistad. Examinar nuestros propios sentimientos y conductas es el primer paso para evitar caer en este tipo de relación.
Mejorar y sanar las relaciones
Si estamos en un entorno de amienemistad, siempre es posible trabajar en mejorar las relaciones. Al convertirnos en amigos auténticos —aportando confianza, apoyo y comprensión— podemos construir un vínculo saludable que impulse nuestro bienestar y el de quienes nos rodean.
